La entrada
en vigor de la nueva ‘Zona Única de Pagos en Euros’, que afectará a
herramientas como las cuentas bancarias o las tarjetas, se mantiene para el 1
de febrero. Sin embargo, los bancos contarán con seis meses extra para
adaptarse.
La Comisión Europea ha propuesto ampliar seis
meses el plazo para adaptarse a la “Zona Única de Pagos en Euros”,
también conocida por sus siglas en inglés: SEPA (Single Euro Payments Área). El
motivo de esta prórroga, según el organismo europeo, es minimizar cualquier
posible riesgo de alteración de pagos para consumidores y empresas, debido al
retraso que lleva la transición hacia este nuevo formato de pago, que afectará
a herramientas como las cuentas bancaraias o las tarjetas.
La
sugerencia de la Comisión Europea no cambia la fecha de entrada de la SEPA. De
hecho, el Banco Central Europeo (BCE) ha insistido en que el periodo de
migración hacia el nuevo sistema concluye el 1 de febrero. No obstante, según
han informado a Kelisto fuentes del Banco de España, “el BCE ha oído la
sugerencia de Bruselas y, hasta el 1 de agosto, no sancionará a aquellas
entidades que no estén adaptadas”.
El objetivo
de la Zona Única de Pagos -que afecta a 33 estados, más de 500 millones de
personas y a unos 20 millones de compañías y administraciones públicas- es que
ciudadanos, empresas y otros agentes económicos puedan hacer y recibir pagos en
euros, en las mismas condiciones, con indepencia de su ubicación y de que la
operación sea o no transfronteriza. Las autoridades europeas han justificado su
creación como un paso más tras la implantación del euro. Es decir, que igual
que un ciudadano puede pagar en cualquier país de la Unión Europea con la misma
moneda, va a poder realizar sus pagos o transferencias entre cuentas bancarias
las mismas condiciones. Esté donde esté.
En este
contexto, el comisario de Mercado Interior y Servicios, Michel Barnier, ha
señalado en un comunicado que, hasta ahora, las tasas de migración al nuevo
formato para las transferencias y domiciliaciones no son “suficientemente altas
para garantizar una transición fluida a la SEPA, a pesar del importante trabajo
que se ha realizado por los implicados”. De acuerdo con los últimos datos de
Bruselas, en noviembre del pasado año sólo el 64,1% de las transferencias
bancarias estaban adaptadas al formato de la zona única de pagos, cifra que
caía hasta el 26% en el caso de las domiciliaciones. A la vista de estas
cifras, la Comisión considera “muy improbable” alcanzar el objetivo del 100% el
próximo 1 de febrero.
En nuestro
país, el propio Gobernador del Banco de España, Luis María Linde, yaadvirtio el
pasado mes de noviembre que la
adaptación a la SEPA estaba todavía “muy atrasada”, al tiempo que instó a la
banca a incrementar las tareas de asesoramiento y comunicación a clientes sobre
los cambios que traerá este nuevo espacio.
Los pagos no adaptados a SEPA se aceptarán durante los
próximos seis meses
El comisario
de Mercado Interior y Servicios ha recordado que, en la práctica, el plazo para
migrar al nuevo sistema de zona única de pagos finaliza el próximo 1 de
febrero, “aunque los pagos que difieran del formato SEPA podrán continuar
siendo aceptados hasta el 1 de agosto”. Barnier también ha recalcado que el
periodo de transición no se extenderá más allá de esta fecha.
Tras
conocerse la propuesta de Bruselas (que tendrá que ser ratificada por el
Consejo y el Parlamento Europeo), el BCE se ha limitado a recordar que el
periodo de migración a la SEPA concluye el 1 de febrero y a instar a
todos los participantes del mercado a completar la transición. En este sentido,
ha destacado que “el Euro sistema toma nota de la propuesta de la Comisión
Europea para modificar la Regulación de la Unión Europea relacionada con SEPA,
que introduce un periodo de transición adicional de seis meses".
Fuentes del
Banco de España han explicado a Kelisto que, en la práctica, lo que se va a
hacer es retrasar, hasta el 1 de agosto, las sanciones para aquellas entidades
y empresas no adaptadas al nuevo sistema de pagos. Por tanto, desde el
organismo regulador español han apuntado que continuarán con la campaña
informativaque tenían y que trabajarán “para cumplir con los requisitos del
nuevo sistema y para que todos los implicados estén adaptados lo más pronto
posible”.
Asimismo, han indicado que, tal y como estaba
previsto, en todas aquellas entidades que estén adaptadas, a partir del 1 de
febrero, el llamado código CCC (Código Cuenta Cliente) será sustituido por el
código IBAN (Código Internacional de Cuenta Bancaria). También se pondrá en
marcha otro tipo de medidas, que afectará a los extractos de las cuentas bancarias, la seguridad de las
domiciliaciones o las tarjetas
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